Los cólicos menstruales forman parte de la vida de muchas mujeres, y aunque para algunas son una molestia leve, para otras suponen un dolor intenso que puede afectar la rutina diaria. Cuando a estos se suma un dolor lumbar que aparece o se intensifica durante la menstruación, la situación se vuelve aún más limitante. ¿Por qué sucede esta asociación entre el útero y la espalda baja? ¿Qué relación existe entre el sistema ginecológico y la columna lumbar?
En este artículo vamos a explorar a fondo la conexión anatómica y funcional entre estos dos sistemas y cómo abordarlo desde una visión integradora, como la que proponemos en Fiit Concept. Si sufres este tipo de dolor cíclico, te invitamos a conocer nuestro programa integral para el tratamiento del dolor lumbar.
Entendiendo los cólicos menstruales: ¿qué son?
Los cólicos menstruales, también conocidos como dismenorrea, son contracciones uterinas dolorosas que ocurren durante la menstruación. Estas contracciones están mediadas por prostaglandinas, sustancias que se producen en la mucosa uterina y que ayudan a expulsar el endometrio. En algunos casos, la producción de prostaglandinas es excesiva, lo que genera una contracción demasiado intensa de la musculatura uterina y una disminución del flujo sanguíneo local, provocando dolor.
Cuando esta actividad uterina se intensifica o se prolonga, puede generar efectos reflejos que afectan otras zonas del cuerpo, especialmente la región lumbar y la pelvis.
¿Por qué duele la zona lumbar durante la menstruación?
Desde la fisioterapia integrativa y en el enfoque de Fiit Concept, entendemos que el dolor lumbar durante la menstruación no es una coincidencia. Existen múltiples mecanismos que explican esta conexión entre útero y espalda baja:
1. Conexión nerviosa entre útero y columna
El útero está inervado por fibras nerviosas que provienen de la médula espinal en los niveles T10 a L2 y también de S2 a S4. Estas raíces también inervan estructuras de la pelvis y la región lumbar. Por eso, cuando el útero está en un estado de contracción o inflamación, puede generar dolor referido hacia la zona lumbar o incluso hacia las piernas.
Este fenómeno se llama dolor referido visceral y es uno de los reflejos viscerosomáticos más frecuentes en consulta.
2. Inserciones fasciales del útero
El útero no flota libremente en el abdomen. Está suspendido y conectado por un sistema de ligamentos y fascias que se anclan a estructuras musculoesqueléticas como el sacro, la pelvis y la columna lumbar.
Estos ligamentos incluyen:
- Ligamentos uterosacros: se insertan en el sacro.
- Ligamento ancho: se conecta con la cavidad pélvica.
- Ligamentos redondos: se extienden hacia la región inguinal.
Cuando hay tensión, inflamación o disfunción en el útero (por menstruaciones dolorosas, endometriosis, miomas, partos difíciles, cirugías ginecológicas), estas fascias transmiten la tensión a la pelvis y la columna, generando dolor lumbar.
3. Alteración de la postura por dolor menstrual
Durante los días de regla, muchas mujeres adoptan posturas compensatorias para reducir el dolor abdominal, como encorvarse, presionar el abdomen o caminar con menos movilidad. Estas posturas mantienen en tensión constante los músculos de la región lumbar y del suelo pélvico, provocando sobrecarga y contracturas.
4. Hipertonía del suelo pélvico
El dolor menstrual genera una respuesta refleja de contracción en el suelo pélvico, especialmente en mujeres con antecedentes de trauma ginecológico, cirugías, estrés emocional o disfunciones sexuales. Esta hipertonía comprime estructuras musculares y nerviosas que se relacionan directamente con la región lumbar y sacra.
¿Qué otros síntomas acompañan esta disfunción útero-lumbar?
Muchas mujeres con esta conexión activa experimentan, además del dolor abdominal y lumbar:
- Dolor sacroilíaco o glúteo.
- Dolor irradiado hacia la parte posterior de los muslos.
- Molestias al orinar o defecar durante la menstruación.
- Dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia).
- Fatiga o debilidad en las piernas durante los días de regla.
- Cambios emocionales intensos: irritabilidad, tristeza, ansiedad.
Tratamiento integrativo Fiit Concept: reconectar y liberar
El tratamiento de esta disfunción útero-lumbar no puede reducirse a tomar antiinflamatorios o hacer ejercicios de core. Se trata de restaurar la movilidad del útero, liberar las tensiones fasciales, relajar el sistema nervioso y mejorar el terreno emocional y visceral de la paciente.
1. Terapia manual visceral
Utilizamos técnicas suaves y específicas para:
- Mejorar la movilidad uterina.
- Liberar los ligamentos que conectan el útero con el sacro y la pelvis.
- Normalizar la tensión del diafragma pélvico y abdominal.
- Tratar adherencias postquirúrgicas o inflamatorias.
Estas técnicas permiten que el útero deje de traccionar sobre la región lumbar.
2. Reequilibrio postural y respiratorio
- Trabajo de respiración diafragmática para liberar el abdomen y suelo pélvico.
- Estiramientos globales de la cadena anterior.
- Movilización de pelvis y columna lumbar.
- Ejercicios de reeducación postural integrativa.
3. Fitoterapia específico
Acompañamos el tratamiento con plantas medicinales que ayudan a regular el ciclo menstrual, reducir el dolor y relajar el útero:
- Vitex agnus castus: regula el eje hormonal femenino.
- Salvia y onagra: moduladoras del ciclo y antiinflamatorias.
- Hinojo y anís verde: espasmolíticas y digestivas.
- Hipérico: útil en casos con componente emocional o ansiedad premenstrual.
4. Nutrición antiinflamatoria y hormonal
- Reducción del consumo de gluten, azúcar y lácteos industriales.
- Aumento de alimentos ricos en omega 3, vegetales de hoja verde y fibra.
- Introducción de semillas (chía, lino, girasol, sésamo) para el ciclo.
- Evitar alimentos que favorezcan la congestión pélvica (café, embutidos, alcohol).
- Hidratación abundante.
5. Regulación emocional
- Técnicas de liberación emocional asociadas al ciclo menstrual.
- Prácticas de reconexión con el útero (visualización, masajes, journaling).
- Acompañamiento psicocorporal en caso de trauma ginecológico.
- Trabajo de aceptación y resignificación de la menstruación como proceso natural.
Consejos prácticos para aliviar el dolor lumbar menstrual
- Aplica calor en la zona baja del abdomen o lumbares durante la menstruación.
- Realiza respiraciones profundas con movilización abdominal y lumbar.
- Haz estiramientos suaves de la pelvis y columna antes y durante el ciclo.
- Usa pelotas blandas para relajar el suelo pélvico tumbada en el suelo.
- Evita permanecer sentada durante mucho tiempo sin moverte.
- Acompaña tu menstruación con infusiones calmantes (salvia, melisa, manzanilla).
Conclusión
El dolor lumbar que acompaña al ciclo menstrual no es solo una coincidencia, ni debe ser normalizado como parte de “ser mujer”. Es una manifestación de un desequilibrio funcional entre el útero y la columna lumbar que puede tratarse y resolverse si se aborda desde una perspectiva global. En Fiit Concept unimos fisioterapia, medicina natural y consciencia emocional para ayudarte a reconectar con tu cuerpo, reducir el dolor y vivir tu ciclo con mayor bienestar.
Si cada mes tu menstruación viene acompañada de dolor lumbar, te invitamos a descubrir nuestro programa integrativo para el tratamiento de la lumbalgia. Tu útero y tu espalda tienen mucho que contarte. Escúchalos, acompáñalos y empieza a sanar.